Pero esta vez el cuidado de formas se redujo a mentir, y aparentemente Israel ha vivido en la convicción de que Ofra se construyó sobre terrenos públicos. Nones, según el viceprimer ministro Jaim Ramón:
De acuerdo con la transcripción del encuentro [del gabinete israelí] del 25 de Febrero, que trató los puestos de avanzada y la implementación del informe Sassón, el presidente de comisión y miembro de la Knéset Zeulun Orlev le preguntó a Ramón: "¿Agregar 20 viviendas más en Ofra tiene implicaciones políticas? Quiero entender ese punto". Ramón respondió: "Desde muchos puntos de vista Ofra no es un buen ejemplo, porque toda ella está construida en tierras particulares árabes, propiedad privada palestina".
El informe Sassón estableció que los puestos de avanzada (outposts) estaban construidos sobre tierras privadas, pero no dijo nada de los asentamientos (settlements). Ahora, por primera vez, se confirma lo que los palestinos supieron toda la vida, es decir que también los asentamientos están construidos lisa y llanamente sobre tierra robada.
Esto es particularmente relevante en momentos en que el gobierno Israelí autorizó la construcción de otras 750 viviendas en el asentamiento de Givat Ze'ev.
Muchos israelíes reaccionan irritados cuando se habla del ciclo de violencia. "Cuando los palestinos dejan de tirar misiles", aducen, "nosotros nos retiramos de Gaza. ¿Dónde está el ciclo de violencia?" Aparentemente, piensan que tirar un rudimentario cohete casero es violencia, pero privar de tierra a sus legítimos dueños no lo es. No justificamos --nadie podría justificar-- esa acción terrorista de los palestinos, que ha afectado sobre todo a la ciudad de Sderot. Pero no creemos equivocarnos si afirmamos que la violencia que ejerce Israel al arrebatar tierra palestina tiene efectos muchísimo más duraderos y difíciles de corregir, al implantar una población a la que será muy conflictivo erradicar, como inexorablemente deberá ocurrir en cualquier proceso de paz.
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