La palabra hasbará significa "esclarecimiento" en hebreo. En su uso contemporáneo, sin embargo, la palabra tiene otras connotaciones.
Se llama Hasbará a los esfuerzos de instituciones oficiales del Estado de Israel, de las organizaciones sionistas de todo el orbe y aun de personas actuando individualmente y no coordinadas con ninguna entidad destinados a "explicar" al mundo las condiciones especiales en que se debate Israel, y la necesidad de una enérgica política de defensa que la obliga a tomar medidas imposibles de analizar con imparcialidad si no se dispone del contexto adecuado.
Prescindiendo de eufemismos, la tarea de la Hasbará es defender lo indefendible. Si a usted le pareció fuera de toda proporción la destrucción perpetrada por Israel en el Líbano a partir de un incidente fronterizo (aun cuando, como en mi caso, de ninguna manera justifique ese incidente); si tiene la sospecha de que las muertes de tantos civiles no se deben pura y exclusivamente a que los terroristas se guarezcan tras las mujeres y los niños; si se enteró de que el Ejército israelí usó como escudo humano a un niño de 13 años y es incapaz de imaginar un escenario que justifique ese abuso, no se preocupe, la Hasbará tiene respuestas preparadas para todo ello, y si lo agarran con la guardia baja, quién sabe, pueden llegar a convencerlo o inclusive a reclutarlo para sus filas.
¿Cómo funciona la Hasbará? Su metodología no es nada novedosa. Algunos ideólogos pagos preparan listas del tipo "Mitos y realidades" sobre el conflicto israelí-palestino (en realidad deberían llamarse "Mitos y mitos"); también preparan lo que en inglés llaman talking points, es decir argumentos con que responder a las críticas en intervenciones públicas, y sound bites, o sea frases rotundas, generalmente citas, que pueden dejar descolgado a un oponente no demasiado experimentado en las artes del debate. Como es de esperar en toda empresa propagandística, se sirven de analogías falsas (pero, eso sí, ingeniosamente urdidas), de verdades a medias y de un proceso seudodialéctico consistente en hacer una afirmación, proponer una posible refutación para ella y, por último, demoler la refutación con argumentos devastadores. Esto suele resultar bastante convincente para el público lego, que en general no suele reparar en el detalle de que el que hizo la afirmación y el que la intentó refutar son una y la misma persona.
Una vez preparado este material, un considerable ejército de periodistas y conferenciantes adictos a la causa escriben artículos o salen de gira para difundirlo por el mundo. Muchos reciben estipendios especiales por esta tarea; otros la llevan a cabo como parte de su trabajo regular; y no faltan los que trabajan ad honórem, simplemente porque están convencidos de lo que escriben o dicen. Estos profesionales actúan como caja de resonancia de los hallazgos que hicieron los otros, los ideólogos.
Pero la verdadera difusión aluvional se alcanza cuando entra en escena el tercer eslabón de la cadena, la gran masa de idiotas útiles que destinan tiempo y, en muchos casos, recursos propios a la divulgación de los materiales de Hasbará, sea en charlas personales en los ámbitos universitarios, en cartas de lectores, en folletos autopublicados o, últimamente y de manera señalada, en la blogósfera.
Generalmente, estos ámbitos cuentan con un público que desde el vamos comparte o quiere creer en lo que dice la Hasbará. Es decir que esta última en general para lo que más sirve es para convencer aún más a los ya convencidos (aunque no debe desestimarse de ninguna manera la importancia de esto). Pero cada conferencia, cada charla en un pasillo de facultad, cada artículo en un oscuro diario de provincias contribuyen a acercar a alguien a la causa y, eventualmente, a abrazarla. Así es como vemos, por ejemplo, a periodistas que jamás hablaron del Medio Oriente, o que tenían una postura neutral, o propalestina, de repente "entendiendo" y justificando el accionar israelí. Se trata de nuevos y muy valiosos conversos. Y es que la Hasbará opera, a todos los efectos prácticos, como una secta.
En inglés hay cantidad de blogs que denuncian y ponen en ridículo a la Hasbará. Pero en castellano no había ninguno, y lo que me propongo de aquí en más es ofrecer análisis de la Hasbará y materiales para refutarla.
jueves, 31 de enero de 2008
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4 comentarios:
Estás en tu derecho de hacer "contra-hasbará", pero si tu verdadera intención es mostrar una verdad más equilibrada, opiná respecto a la "hasbará" palestina que también tiene lo suyo.
"The word Hasbara means "enlightenment" in Hebrew."
Not at all. Hasbara means explaining, providing information.
"Enlightenment" is Hebrew is "Haskala" from the same root as a "Maskil" which means an educated person.
I see from your self-description that you would like to be fluent in Spanish. I want to encourage you to study our beautiful language.
The word I used is "esclarecimiento". As you can see here, the first meaning of this word is "explanation".
Automatic translation programs are a long way from providing accurate versions. That's why you and me have work...
Earlier I thought differently, I thank for the information.
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