lunes, 16 de febrero de 2009

Y sigue el abuso de Martin Luther King

Hace más de 40 años Martin Luther King escribió una Carta a un amigo antisionista. En dicha misiva, el luchador por los derechos civiles y premio Nóbel le explicaba al mundo que ser antisionista es, de hecho, una forma de ser antisemita...

Paren las rotativas; esa carta nunca existió. Fue un bulo sionista más, sólo que tan torpemente perpetrado que una elemental investigación de Tim Wise lo puso en evidencia con brutal crudeza.

¿Cómo se explica, entonces, que en el Jerusalem Post de hoy se incluya un artículo de Arno Lustiger basado en esa fraudulenta epístola kinguiana? Como veo conspiraciones por todas partes (no por nada soy antisemita), pienso que es posible que un Post abochornado termine por retirar la página con el indolente artículo, así que me molesté en capturar la correspondiente pantalla:



¿Cómo es posible, decíamos, que Lústiger dé por buena la carta, y que los editores del Post la hayan dejado pasar?

En Atrapado sin salida, conocida fuera de la Argentina como Alguien voló sobre el nido del cuco (Someone flew over the cuckoo's nest), Jack Nicholson personifica a un inadaptado que ingresa a un manicomio fingiendo ser loco, y creyendo que jugará un divertido juego intelectual tanto con los verdaderos locos como con las autoridades de la institución. Gradualmente, sin embargo, el personaje efectivamente termina volviéndose loco.

En un mecanismo similar, los sionistas reparten a diestro y siniestro infundios, distorsiones y falsedades para consumo del público palurdo, y creen que tienen todo controlado. Pero inevitablemente ellos mismos terminan creyéndose algunas de las mentiras, y hasta publicándolas en periódicos de primera línea. Lo celebramos como evidencia tanto de los mecanismos tortuosos de la Hasbará como de la verdadera talla periodística del Jerusalem Post.