TUMBAS JUDÍAS PROFANADAS EN
[COMPLETAR CON CIUDAD EUROPEA]
¿Cuál sería la reacción internacional a esta noticia? En realidad, no necesitamos averiguar demasiado. Sabemos que la información ocuparía un lugar prominente en los principales medios del mundo, como este, este o este.
Esto contradice toda lógica, dado que a diario se dan violaciones mucho más severas de los derechos humanos en otras partes del mundo. Recientemente, por ejemplo, el Ejército de Resistencia del Señor de Uganda mató a tres adultos que cuidaban una escuala, y luego procedió a secuestrar a un aula de alumnos. Estos niños serán reeducados y convertidos en guerrilleros, como es la horrenda costumbre del ERS. Sin embargo no nos enteramos de esto a través de las mismas fuentes que dan grandes detalles sobre la profanación de tumbas judías.
Por supuesto, este es un análisis deshonesto. Las agencias de noticias y los diarios son negocios y, como tales, tienden a prestar mayor atención a aquellos sucesos que interesarán más a sus audiencias. Y, como dice el dicho, los judíos son noticia. Son --por ponerlo crudamente-- un pueblo mucho más "interesante" que los grupos étnicos de piel oscura de partes remotas del globo.
Pero ¿qué pasaría si los judíos fueran los que profanana tumbas? ¿Se informaría ampliamente sobre ello? En principio tendría que ser así. Los judíos son noticia, tanto cuando son víctimas como cuando son victimarios.
Pero no. No nos enteraremos por un titular del International Herald Tribune que hoy, en la ciudad cisjordana de Hebrón, un grupo de judíos vandalizaron un cementerio islámico. Como informa el Jerusalem Post:
Unos 100 colonos esperaban en el puesto de avanzada Granja Féderman a la salida de Kiriat Arba el domingo a la noche a los soldados israelíes que temen que evacuarán el sitio por segunda vez en 24 horas.
Hacia la 1 de la mañana del domingo, soldados, gendarmes fronterizos y la policía sorprendieron a las dos familias que vivían en el puesto, situado dentro de los límites municipales del asentamiento, en una cuesta que baja de uno de los caminos principales.
Rápidamente evacuaron las familias y destruyeron las dos casas; una pertene3cía a la familia del conocido activista de ultraderecha Noam Féderman, y la otra a la familia del cantor Sinaí Tor.
A la tarde, mientras los soldados y gendarmes permanecían arriba en el cerro, los activistas habían construido una estructura blanca y pequeña de una habitación en el lugar y puesto un generador.
La evacuación del domingo a la mañana disparó una inmediata protesta de los activistas, quienes cortaron los neumáticos de coches palestinos y vandalizaron un cementerio islámico en la vecina Hebrón.
Hay una foto de las tumbas vandalizadas:

¿Por qué no nos enteraremos que estos miembros de un pueblo a quien le han profanado sus tumbas por los últimos 20 siglos ahora profanan ellos mismos los cementerios de otros? ¡Sería una historia tan interesante!
La respuesta parece ser que al pueblo judío se le da un beneficio de la duda que sería la envidia de cualquier otro pueblo. Cuando adolescentes franceses profanan una tumba, se supone que algo está mal en la nación francesa. Cuando adolescentes judíos profanan una tumba, de alguna manera está prohibido pensar que tiene algo que ver con su judeidad, y se supone que son sólo unos cuantos loquitos actuando por su cuenta.
¿Lo son? La respuesta concisa es no. Aunqe el estado israelí de la boca para afuera condena sus actos, al mismo tiempo les da luz verde para ejecutarlos, del mismo modo que la Rusia zarista permitía los pogroms al tiempo que procesaba a algunos perpetradores una vez que la brutalidad había acabado. Asimismo, el Estado de Israel subsidia generosamente a los profanadores de tumbas judíos, dándoles vivienda económica y proveyéndoles servicios. De hecho fue el Estado el que los impulsó a establecerse en Cisjordania en primer lugar.
Y aun así nada de esto recibe la publicidad que merecería en la prensa mundial. ¿Alguien dijo dobles estándares?